MAESTRO
Desde tus manos se nutre
el alma de la alborada.
Tú eres la forjación de la esperanza.
De ti fluye el conocimiento
y la semilla que germina
en el corazón de la patria.
Desde el aula, en la calle
o en la casa te venero
y a tu paso me inclino con pasión.
Tú mereces la inmortalidad,
desde las hondas raíces del recuerdo.
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